¿Con el amor solo vale?
¿Con el Amor solo vale? ¿Puede un único concepto funcionar? Verás, esto va de lo siguiente: te enamoras, eres feliz, haces el amor, viene la rutina, te aburres, rompes la relación, estás triste, y vuelves a enamorarte, a ser feliz, a hacer el amor, a entrar en la rutina, a aburrirte, y a romper nuevamente.
Quizás lo que deberías preguntarte es con quién has roto últimamente: si con las personas con las que te has compartido, o contigo mismo. Porque estar enamorado es algo genial. Te sientes feliz e inmenso, e incluso capaz de hacer cualquier cosa.
ERROR.
No necesitas a nadie para sentirte inmenso. De hecho, tienes tantos sentimientos y emociones dentro de ti, que no das cabida a más órganos vitales. Replantéate extirparte el bazo, y ya que estás con el bisturí en mano, quítate ese riñón (puede que alguien lo valore más que tú). ¡Ah! Y eso que tú llamas corazón, no sirve para enamorarse: se utiliza para respirar, y respirar es sinónimo de vivir. Vive mucho. Lo necesitas para llegar al final del día.
Y si te permites el lujo de estar enamorado y lo expresas como un derecho que tienes establecido en tu día a día, al menos ten la condescendencia de aceptar con humildad que sentir esta clase de cosas puede doler donde más duele: a la altura de los ojos. Porque es ahí, cuando menos te lo esperas, que ellos mismos se expresan, y por arte de magia echan lágrimas por tierra, y todo tu trabajo de ser fuerte se desmorona hasta la suela del zapato. Y se te da muy bien andar, no nos vamos a engañar ahora.
Querer es una cosa, y el Amor es otra. Diferencia bien ambas partes, y llegarás a la meta.
(No me preguntes cuál es la meta, porque todavía estoy buscando la respuesta).
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