¿Por qué besamos tanto los obsesivos compulsivos?

Una vez, es coincidencia.
Dos veces, casualidad.
Tres veces, un trastorno obsesivo compulsivo.

Me diagnosticaron TOC
cuando necesitaba besar
a una chica cien veces
cada vez que nos despedíamos.

Me explicaron todos
que mi comportamiento era erróneo.
No supieron entender
que necesitaba besarla
tantas veces como fuera necesario
para que nunca me dijera "adiós".

La despedida
es el ejercicio de cobardía
más profundo del ser humano.
Somos la única especie
que dice "adiós".
Y a veces ni siquiera lo decimos.

Soy una persona mecánica.
Vivo de automatismos.
Lo que para cualquiera
puede ser respirar,
para mí significa "no morir".
Me aterra la idea
de que algún día pueda morir.
Soy dignamente consciente
de que la muerte es irreversible,
pero lo que de verdad me duele
es esperarla toda mi vida.

Por eso repito muchas cosas
muchas veces.
Porque necesito un estímulo
por el que luchar contra la pérdida.
Porque todo se reduce a eso:
a perder.
Perder a un amigo,
perder el amor,
perder el tiempo,
perderse a uno mismo.

Por eso beso tanto.
Porque un beso es un diptongo
entre dos personas que, alguna vez,
creyeron en el destino.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Un libro basta para definirte?

La última vez que sentí algo por primera vez.