Todo o Nada.

Amor. Dos sílabas. Tardas más en decirlo que en creer sentirlo. Yo por mi parte, corro el riesgo de idealizarlo demasiado pronto. ¿Acaso no lo he idealizado siempre? Incluso cuando nunca estuvo a la altura.  Y sí, lo habéis leído bien: "idealizar", "demasiado" y "pronto". ¿Tienen sentido las tres palabras unidas? El origen estriba en la idealización. Idealizar siempre incluye la connotación de fracaso real; lo que idealices, por naturaleza, nunca estará al nivel exigido. 

No se puede decir "te quiero mucho". Ese "mucho" sobra por todas partes. El Amor nunca es demasiado. Porque, cuando dices "te quiero", es hasta las máximas consecuencias y en el sentido amplio de la emoción. Ya que en el Amor, el sentimiento lo ocupa Todo o Nada. Por eso, no se puede querer mucho, se quiere o no se quiere.

Sé que muchos vais a discrepar en lo que digo, e incluso me diréis con la boca bien abierta que el amor existe donde las circunstancias lo permiten. Pero en mí el Amor no tiene medias tintas. Ni tiene circunstancias. Por encima de todo, es una persona y otra, o las dos juntas, o por separado. Cualquier otra apreciación, son impedimentos para amar a otra persona. Porque amar no es el objetivo: es el principio de todo.

Si tuviera que definir el amor con tres palabras, éstas serían: vulnerabilidad, valentía y desnudez. Sólo cuando se cumplen las tres en la misma intensidad (con desembocadura en un precipicio), es cuando aparecen los primeros brotes del sentimiento.

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