Mi columna vertebral.

 


Amor: puede ser la distancia que separa a dos cuerpos cortados por el mismo cuchillo; sesgados con la misma hoja de bisturí, diseñados con la misma moldura. El Amor es un error cerebral, un cortocircuito en el momento menos pensado, y finalmente es un eufenismo contra la soledad. Cualquier persona que ama es ególatra por naturaleza, pues pretende expectativas para la otra parte del vínculo. Hoy en día, se le toma como un mecanismo más, incrustado en nuestra rutina, y esa forma de manejar tal sentimiento le birla toda espontaneidad, lo hace aburrido, sistemático y virulento. Amamos y dejamos de amar porque es más sencillo que mantenernos suspendidos en el cable emocional. Creo firmemente que no sabemos amar porque no soportamos todo lo que viene después.







Vida: Eres un ser humano, individual e independiente, creado específicamente por puro accidente, de una forma más o menos poética, y vienes a parar a un lugar que defines vida, sin siquiera proponértelo. No tienes derecho a arrepentirte por haber llegado hasta aquí, porque no era un propósito nacido de tus entrañas. La Vida es el aire que respiras, el agua que te bebes, y el alimento que te llevas a la boca. Todo fluye, porque es más sencillo y coherente. Porque vivir es un ejemplo de coherencia, aunque muchas vidas estén rotas por la sinrazón, o quebradas por cualquier agente exterior que se escapa de nuestro control. La Vida es el mecanismo de supervivencia más potente contra la Muerte.

Muerte: la definiría como el vacío por excelencia, la absoluta nada. No se llega a ella: la Muerte viene a ti. La aceptas aunque no te des cuenta. Algunos la eligen porque no han asumido el concepto de la Vida; otros se chocan con ella como fichas de dominó en medio de una autopista a ninguna parte. Y digo autopista, porque la Muerte siempre se cobra peaje, aunque no se lo exija a quien fallece. Morir es lo más parecido que tiene la Vida a sentirse atormentado. No hay temor equiparable a la inexacta certeza de que después de una larga temporada vivo, no queda nada más.

Religión: no creo en agencias de viaje ni intermediarios para llegar a la Muerte con una sonrisa en la cara. Morir, sea cual fuere la forma y el momento, está manchado por la tristeza. La máxima aspiración posible para esquivar a la Muerte es llegar a ser recordado por aquellos que todavía quedan vivos.

Belleza: está en los ojos del que mira. Es tan subjetiva y abstracta, tan irremediable y etérea. La belleza es como meterte un chicle en la boca e intentar no masticarlo: es inevitable. Te hace temblar hasta la exaltación, y te conmueve hasta la lágrima. Es caricia y arañazo al mismo tiempo. La Belleza es una consecuencia ineludible de la atracción.

Poesía: no tiene sentido si no se concibe en la Vida y en la Muerte; si no hay Amor en lo que transmite, la pasión quedará desbocada hacia un precipicio. La Poesía es la extensión de todas las cosas, incluso de aquéllas que ya no pueden estirarse más. Rebasa todo, incluso la línea que se dibuja en nuestra imaginación. Incluso en la palabra se hace imagen, y en la imagen se hace palabra. Es recíproca, incluso cuando no pretende serlo. Sinónimo de la Belleza, no se puede abarcar completamente. Hay que sufrirla entre la piel y la carne, y que se prenda ardiente como una cerilla por el sistema nervioso de nuestras emociones. La Poesía es una expresión que siempre tiene consecuencias.

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