Verdad verdadera.



Soy egoísta, impaciente y tozudo. Y no tengo remedio. Porque es irremediablemente divertido.

Es necesario disfrutar las virtudes de las personas que te rodean, y más aún aceptar sus múltiples defectos, pues vivimos de ellos, y es nuestra propia naturaleza la que debe canalizarlos en favor propio. A mí me cuesta horrores aceptarme, porque me lleva más de uno, dos y tres quebraderos de cabeza al mismo tiempo. Y me cuesta entenderme porque, como dice mi padre, "en mi caos yo me ordeno". Y me resulta divertido, lo cual no deja de ser paradójico: ¿se puede disfrutar sufriendo? ¿tengo el complejo de mártir intrínseco a mis características personales?

Muchísimas veces discutimos con nuestros amigos porque no entendemos ni aceptamos conductas que consideramos erróneas por su parte, cuando en realidad nuestra falta de aceptación nos sitúa en una postura débil frente a la confianza.

Sé la mayor parte de mis defectos, y los manejo de una forma más a menos acertada, pero también sé que en ocasiones conocer esos pequeños rincones oscuros de nuestra personalidad no es suficiente para que otras personas nos acepten. Mostrar las debilidades nunca me ha ayudado, y menos en mis relaciones personales. 

El problema está cuando no existe una mútua aceptación de los defectos. Ahí llegan la resignación y la rabia a partes iguales.

¿Por qué lo complicamos tanto? Porque no sabemos ser mejores personas.

Comentarios

  1. Seas como seas, eres estupendo, con tus virtudes y defectos; todos tenemos lo nuestro, (ya viste que el otro dia me arreglasteis, jaja)
    Y en cuanto a tu reflexión de ser mejores personas, creo k cuando queremos si sabemos; pero no podemos, ya que si no, podriamos ser atropeyados por el resto.
    Un cordial saludo.
    PD: Sales muy mono en las fotos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Por qué besamos tanto los obsesivos compulsivos?

¿Un libro basta para definirte?

La última vez que sentí algo por primera vez.